martes, 1 de enero de 2019

¿Tú no?

-La Lluviedad

Tú no sabes lo que es despreciarte tanto que hay días que apenas funcionas, pero no tantísimo como para dejar de hacerlo.
No sabes qué es estar riéndote de algo, en compañía de gente que amas, que te ama, y de la nada sentir en el pecho esa corriente lenta, tibia apenas e insípida, de desencanto de la vida, de tu vida.
De qué hago aquí. De para qué.
No sabes qué es dudar de todo lo que haces, de qué propósito puede tener decir tus ideas, tus deseos, tus bromas si ni para ti tienen sentido ni les hallas provecho.
Mirarte en el espejo con tu cúmulo de rechazos de todo tipo que a veces quieres creer que son imaginarios pero que ya son tantos que no pueden ser inventados, y pensar con razón, qué esperabas, o solo exhalar una risita con autoburla.
Llegar a un lado y enseguida querer irte porque con nadie haces juego, y volver a tu isla consciente de que tampoco ahí harás juego porque solo estás tú y tú tampoco te sirves para eso.
Andar por los días con cuidado de tocar a la gente y a las cosas lo menos posible para no molestar, para no perturbar ese hilito de equilibrio que te mantiene en la vida. Llevar puestos tus lentes de absurdo con los que todo se ve de utilería y no querer quitártelos porque habértelos puesto es tan absurdo como querer deshacerte de ellos.
No eres isla desolada.
Tú no sabes, no te has condenado.

El ritual de todos los días frente al espejo, a ver si pega.

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Sueño ligero