Por @Annberbiz
Desciendo con los ojos vendados,
fragmentada hacia la soledad.
Recorro en tus recuerdos,
que no me dejan sanar.
Fugitiva de mi cordura
y con sangre en las manos
rezo por tu alma.
Las llagas siguen abiertas,
esperando en tu altar que
recorro con fe al andar.
Sonrío, estoy más cerca.
Tu voz se asoma.
levanto la mirada,
estoy llegando a tu paz.
Eres mi beatitud y el delirio
de una fe perdida.
Te añoro, te adoro, te odio...
Me pierdo al final del descenso,
sin un lugar adónde ir,
sin tu voz que se apagó pasos atrás.
Me extingo como la luz
de una vela a quien ya
no tiene a quién alumbrar.
La venda en mis ojos
es permanente ya.
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