Sólo un instante
Hay días en los que no te
entiendo,
tu cuerpo agrietado le resta
protagonismo a la cama.
En la habitación me desgarro de
ti, de tus emociones,
de lo individual que hemos sido.
En ocasiones me encuentras en tus
días más miserables,
pidiendo una musa que ha muerto.
Porque para ti lo sigo siendo con
lo enfermizo del tiempo.
Escribo a partir de una cortina
cerrada
que emula la noche en el alma
y no sé porque me molesto en
evadirme
Si las letras se gobiernan solas
y terminan yendo siempre detrás de
ti.
Ya no encuentro otra forma de
adorarte
y aborrecerte al mismo tiempo.
Tengo la ilusa idea de que logras
sentir el temblor,
mi temblor de las manos cuando magullo
las teclas en pleno despido.
El abismo es de ambos ahora...
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